domingo, 20 de octubre de 2013

VERSOS ROTOS





Se me rompieron los versos
en la infinita arena de tu cuerpo,
en la espuma ardiente de tus brazos,
en el desconcierto de tu mirada.
Se me rompieron los versos,
se me rompieron, amor,
en las avaras vigilias,
en las paredes sordas y alrededor de tu cama.
Y ahora se me quiebran las palabras,
y no se contar nada si no es de ti,
y no se llorar si no es por ti,
y tu recuerdo me aprieta y me ahoga...
Se me rompieron los versos,
gime el tiempo que corre inexsorable
entre poemas inconclusos, y me buscando
esa soledad que apacigüe mi dolor.
Se me rompieroon los versos y
lo sé, LO SÉ
he de recomponerlos.
arrullo en las noches

sábado, 19 de octubre de 2013

MI ORGULLO


 

 Ver pasar la mañana tranquila

Perdiéndome entre las horas lentas,

Cada minuto me recuerda a ti

A tu despedida…

Ha pasado tanto tiempo  ya y

Sin embargo los recuerdos se confunden

Entre lavadoras y sartenes,

Mientras ese punto fijo en el que clavo

La mirada cada mañana,

Café humeante entre mis manos

Se hace inmenso para abarcar tu sonrisa,

Aún más inmensa entre mis brazos

Ahora vacíos.

No hay descanso

A  través de estos años perdidos,

Perdido ya el tiempo

Desde que te fuiste.

No hay consuelo, solo miro

Como las vueltas que da la ropa

En el tambor son mis

Propios pasos por el mundo,

Sin ti, amor,

Dulce, despiadado amor, ya ajeno

A  todos mis quebrantos,

La comida se cocina a fuego lento,

El café se consume entre mis labios

Con tu nombre callado una vez más

Un día más, de tantos otros.

Y es que permaneces en mi, aunque

Lo ignore,

Aunque  intente pochar con las verduras tus recuerdos

Día a día y comerlos con mi orgullo.

 

martes, 24 de abril de 2012

LAS RESPUESTAS INFINITAS


 


Es de ya noche cerrada, madrugada fría y lluviosa, y esta ciudad duerme bajo el cansino chirimiri, narcótico y anodino.
Tras los cristales, una vida se paraliza lejos de esta habitación, donde vomito un día más, palabras que calmen mi mente hiperactiva, que cansen mi cuerpo entumido por los múltiples desvelos.

En el fondo, no hallo consuelo al pensar que sólo soy una nostalgia enquistada en la sonrisa y eso duele, me aterra.
Tan sólo una sombra detrás de la sombra de tu ombligo, y aún duele y da más miedo. Pensar que no hay mañanas sino, inciertos despertares, que no hay horizontes sino líneas ambiguas de ocasos pasajeros, sin tu presencia y me ahogo entre preguntas siderales.

Esta noche sólo soy esa mala fama de una primera impresión precipitada. Un enigma insoluble al que ni quieres acercarte y una cabeza llena de canas, envejeciendo por minutos.

En tu ruta mágica de reflejos cristalinos me apartaste sin remedio, no hay recuerdos que salvar. Y yo desde la eternidad de las horas, cada vez que miro la lluvia veo tus ojos eternos y me pregunto dónde retienes las respuestas infinitas, ésas que aún creo que merezco.

Pobre de mi, sólo soy el olvido de los amigos, el enemigo, el peligro, la noche de mis noches; soy tanto que jamás seré nada. Soy la nada y me elevo entre el humo de mis eternos cigarrillos, surcando el mar entre las nubes densas, atravesando este muro de silencios impuestos que, después de aquel último día juré no quebrantar.

…Y seguirás en esa isla rodeada de deseo por todas partes menos por una, esa a la que siempre vuelves “con los ojitos empapados en ayer”…con la certeza de hallarme siempre .


lunes, 23 de abril de 2012

MI NOMRE ES NADIE





Las sombras fueron entrando desordenadamente y a trompicones. Ni siquiera tuvieron la deferencia de tocar al timbre, al menos hubiera dado tiempo a mirar por la mirilla, a preparar el terreno, a poner trabas, peros, pegas, disculpas…yo qué se.

Se fueron instalando por  las esquinas del pasillo, formando pequeños montículos oscuros, crecientes hacia el techo.

Yo…no me di cuenta de las manchas hasta pasadas unas lunas, cuando se fue ensombreciendo la luz,  pensando, ilusa de mí, que las bombillas de bajo consumo iban agotándose. Para entonces era tarde.

Ellas se habían cimentado fuertemente ya, sobre los muebles, la tele, las cortinas, incluso habían entrado sigilosas en mi habitación y avanzaban hacia la cocina.

Estaba perdida irremediablemente y yo aún  no lo sabía. O si, o no…quizás.

Perdida. Maldita palabra. Tanto o más que  sombra. No sabía hasta ese momento, lo que llegaría a odiar esa palabra.

La vida se compone de palabras a las que en un momento dado llegas a odiar o a amar. Sombra, laxitud, incomprensión, indiferencia, abulia… palabras que se enquistan en el glotis y no digieres nunca demasiado, ahora el significado, viéndolas avanzar sin hacer absolutamente nada, sin fuerzas para combatirlas, me caen encima como  una pesada losa, de la que nunca escaparé. Estoy segura.



-La oscuridad me atrapa, me abraza, me apresa quizá… cual matrona amantísima y me besa. Lo peor de todo es que me dejo, me abandono a sus arrullos y desfallezco…-



Todo a mi alrededor a desaparecido. La negrura es absoluta como noche sin luna en un bosque espeso. No tengo escapatoria. Intento ver mi cuerpo a duras penas, fijando la mirada durante mucho rato mientras mi retina se acostumbra a tanta oscuridad. Creo ver, distingo a lo lejos allá abajo algo parecido a unos pies. Aunque trato de  asegurarme no sea un vano recuerdo retenido en mi cerebro. Con unas manos frías como témpanos  palpo a ciegas un cuerpo que reconozco como algo mío, aunque lejano. Podría ser yo. Pero no lo aseguro. No puedo estar segura ya de nada. Ni siquiera de ser yo quien lo describa. Ni siquiera de ser yo quien esta ahí.



-Todo mi cuerpo flota fuera de mi capacidad de comprensión. No soy dueña de mis pensamientos. No entiendo absolutamente nada de lo que me rodea y el cerebro, esa masa gris ya desprendida, duele al golpearse contra las paredes del cráneo en cada embestida que da, cuando las palabras se apalean contra  esos muros y retroceden clavándose en mi carne.-



Silencio .Todo se vuelve sordo y mudo en este mundo de tinieblas en el que floto, unida tan sólo por un fino cordón umbilical a mi habitación. Una habitación devorada por las sombras, dueñas de todo lo que creí, me pertenecía. Craso error, pensar que era dueña de algo. Por un momento creo sentir rubor en las mejillas al especular con la idea de que podría algún día siquiera sentirme dueña incluso de mi propia vida…Vida. Tan sólo una palabra que ahora el eco devuelve contra esta soledad vacía en la que se ha convertido esta casa, este cuerpo sin manos…, sin manos. Lo primero que ellas despedazaron, mis manos. Pensaron que ya no las necesitaba,  al fin y al cabo no eran nada más que un despojo por el que salían versos inconclusos, pésimos poemas y palabras que nunca decían nada. Ahora mismo  ni siquiera  ya ni pienso, esto es tan solo obra de una imaginación ajena.

-Toda mi instinto viaja a la velocidad de la luz, mientras mi cuerpo desaparece, antes de caer en una inconsciencia , esperando otro tiempo, otro espacio, otra vida quizás… otra vida sin tantas palabras, sin tantas sombras, sin tanto dolor, tanto cansancio acumulado a lo largo de los siglos.



Estoy cansada. Muy cansada. O eso creo. Ya no lo sé a ciencia cierta. Mi cordón tiene fisuras y no tengo manos para componerlo. Nadie puede ayudarme, no hay nadie. Las sombras invaden cada rincón, cada espacio de este pequeño reducto en que me encuentro y se me agotan las fuerzas. Sólo me quedan palabras, lanzadas a un vacío aterrador, ¿unos  ojos? acostumbrados a la oscuridad y mis silencios.

Palabras…mi voz que reverbera contra los muros que se han levantado desde que se filtraron estas malditas sombras y no llega al exterior.

Tanto tiempo hace que no sale mi voz…  se me olvidó cómo suena. Las sombra  te llevaron, se llevaron mi voz y los poemas…Quizás no tenga voz, como no tengo manos, como casi ni aliento ni fuerzas… Ni cuerpo, no lo necesito. Y quizás no sea nada. Esa sería la explicación más fácil. Nadie.

Me llamo Nadie. Y no existo.